domingo, 3 de febrero de 2008

Continuacion: El Mercado

Al decir eso ya parecía estúpido estar allí; mirando a alguien que no tenía nada que ofrecer, por lo menos eso yo creía, así que, o preguntaba que vendía o simple... me iba, pero la curiosidad me dominaba; es sorprendente ver en un mercado donde la gente pasa rápido sin pronunciar e intercambiar palabra alguna más que por inercia, atraída por las luces y ofertas de momento o la curiosidad de ver cual es la moda que se llevará. El ver a este hombre me significó casi un espanto, yo hasta ese momento seguía la corriente del mercado, pero el solo hecho de buscar la respuesta a mi incertidumbre hizo que mis ojos fueran más allá de de lo "real".

Me acerqué y pregunte que ofreciá, el con una sonrisa; me dijo - Esto! -, he indico una pequeña bolsa, de un género muy antiguo, en su mano derecha; de las que, tal vez, quien sabía de su historia. La mire, y mi curiosidad me hizo perder la educación y se la arrebaté, la tantié y la devolví a las manos de su dueño. Quede en un estado de incertidumbre total, entre espanto y pena, porque no eran piedras preciosas, por el peso , sin duda, no lo eran y quizas una joya no me hubiece atrevido a comprar, no quiciera hacerme un estupido, pero faltaba el precio. Algo que hay que hacer, cuando estas dentro de ese mercado es comprar, nadie te dirá algo, ni siquiera se atreverá, si tu obtienes algo por medio de la compra, estarás al corriente, de hecho la gente que no lo hace esta al otro lado del mercado, donde estan locos exentricos o artistas renegados ;revoltosos o malandrines; mafias y grupos de delincuentes comunes, según las noticias del diario. Asi que, pregunté: Y ¿El precio? - dije con aire de desprecio hacia el producto, no sin antes, darle lo suyo al vendedor, puesto que no quería malgastar mi dinero.

- Tu trabajo; tu esfuerzo, tu Vida y a los que amas. - dijo con una seriedad de la que su rostro de anciano hacia notar con mucha más fuerza.

Yo sorprendido, no atino a decir nada mas que a observar su mercancía. Su oferta era loca.

No en serio, ¿cuanto cuesta? - dije con tono conciliador.

El me miró a los ojos sabiendo que mi pregunta era sincera pues lo era, ya había recorrido todo el mercado y desde los "no piense mas" y los "fácil", ya había recorrido tres veces, aquel mercado y, tal vez, él , ya me había visto.

Mira. Esto que esta en mi mano es la vida de muchos hombres y mujeres, una historia que sigue el camino de cada quien que la posee- dijo con tono para enseñar.

Pero y ¿qué es?- dije aún más extrañado.

Es... una simple llave. - dijo abriendo el saco de género viejo.

Continuará...

1 comentario:

Fernando Sobarzo Molina dijo...

que mal!! dejaste la historia a medias!!!

quiero seguir leyendo, me encantó, me dejaste ultra metido, cuando termines, te comento...

un abrazo