lunes, 2 de junio de 2008

La Razón Instrumental; la racionalidad de ver al otro como objeto; como trampolín u obstáculo hacia los objetivos que me propongo lograr podríamos decir que es lo que hoy impera en nuestra sociedad globalizada, lo que hace un reto, ya no tan sólo a nuestra disciplina del Trabajo Social, también a otras disciplinas de las ciencias naturales y sociales, pero también, y sobretodo, a cada individuo; a cada ciudadano. Aquello amerita un análisis dentro de nuestros conceptos e ideales con los que vemos a la sociedad en la que estamos inmersos, para así poder lograr nuestras metas dentro de una en la cual, tenemos el deseo, no tan sólo de cambiarla en sus aspectos injustos sino tambien de conservar sus buenos aspectos y proyectarlos en el tiempo.

El reto aquel que nos impone la Racionalidad Instrumental nos dirige a cuestionar la visión hacia al otro; el prójimo; la Humanidad misma, en nuestra Sociedad actual, por tanto el hombre como ser social, no se hace solo si no este se hace en la construcción social y los lazos que esto genera. Cuando nuestros objetivos pasan del lado de lo social a lo individual, es decir las metas sociales se contraponen con nuestras metas individuales, nos vemos hoy en la necesidad de, ó ver al otro como obstáculo a nuestros deseos, o instrumento a nuestras necesidades para alcanzar determinada meta. El error en que se cae es olvidar al otro, ya que, aunque el Hombre se quiera apartar del mundo y escaparse de la sociedad en la cual vive, no podrá puesto que éste es, intrínsicamente, un animal social (zóon politikon). Aristóteles llegara a decir que "El ser humano es un ser social por naturaleza, y el insocial por naturaleza y no por azar o es mal humano o más que humano... La sociedad es por naturaleza y anterior al individuo... el que no puede vivir en sociedad, o no necesita nada por su propia suficiencia, no es miembro de la sociedad, sino una bestia o un dios."[1]. Aquello nos invita a pensar que el hombre es en su naturaleza, como dice Aristóteles, es un ser que no puede vivir sin el otro, sin los otros, necesita relacionarse para ser Hombre como tal. Pero la calidad de esas relaciones, la calidad de aquellos lazos, varias veces en nuestra sociedad ha sido puesta en discusión. La Razón Instrumental vuelve al hombre frío y calculador, los objetivos son solo personales y el bien común puede esperar a que procuremos la obtención del propio bienestar individual.

Si bien todo aquello nos hace ver un panorama negro, o desolador para las relaciones sociales, en este aspecto la filosofía y las distintas ciencias, ya sean sociales o naturales, tienen el reto de poner en primer al Hombre. Muchas veces las críticas hacia las Ciencias han sido en torno a que no han pensado, más que en si mismas por delante del Hombre, sus intereses solo están en su propio avance dejando de lado aquel ideal del positivista en que la ciencia trae el progreso para la Humanidad. Este hecho; el hecho de cuestionar las ciencias; queda claramente demostrado cuando en el siglo XX, específicamente, durante la Segunda Guerra Mundial las ciencias naturales quedan en cuestión cuando en los campos de Concentración de la Alemania nazi, son masacrados miles de judíos y otras etnias o razas, por medio de cámaras de gases en las cuales científicos a nombre de la ciencia misma, incentivados por la ideología, claramente; inventan la forma asesinar lo mas efectivamente y a la mayor cantidad de gente posible, para así lograr los anhelos de su ideología dejando de lado claramente los valores humanos que inspiraron la investigación científica. El broche de oro que cierra esta guerra es la Catástrofe de Hiroshima y Nagasaki. Las bombas atómicas que caen arrasando y masacrando la población de esas ciudades, solo logran terminar la guerra por la demostración asimétrica del poder y no porque la guerra provoque mal y daños. Nuevamente la Racionalidad Instrumental hace su aparición.

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